TRES DESEOS SUTILES



Ahora llegamos a los tres deseos sutiles que respaldan casi cualquier cosa que nos esforzamos por lograr: satisfacción inmediata, control, la cosa siguiente. Estos tres deseos sutiles influyen nuestras expectativas en el área del desarrollo y crecimiento espiritual, y es por esta razón que apunto el faro hacia ellos.

El Deseo por la Satisfacción Inmediata 

Hay una frase de William Gibson: “El futuro ha sucedido ya; es sólo que no está muy bien distribuido”. Este sentimiento parece apropiado en un mundo donde los atajos son elogiados por los expertos de cada especialidad. Aceleración es la palabra de moda de la época y el objetivo de esta aceleración es hacer todo más rápidamente, en menos tiempo; ser más productivo, ser un empleado mejor, ser un estudiante mejor, ser un mejor todo, y hacerlo o adquirirlo más rápido y más fácilmente.

Lo que falta de este enfoque es el destino o, dicho de otra manera, "¿Dónde le lleva la aceleración?" ¿a un coche más lujoso, a una casa más grande, a las oportunidades, a una cuenta bancaria inagotable, a una posición más prestigiosa en la vida,  a una mejor salud o simplemente a un estilo de vida de relativa facilidad? Cualquiera que sea el destino, el deseo por la satisfacción inmediata se cierne como el catalizador para su logro. Pero ¿qué pasa si el destino es el auto-dominio emocional? ¿Cuáles son las señales de la aceleración en este caso? ¿Cuáles son los atajos y cómo sabemos que estamos acelerando, desacelerando o pedaleando en el agua y no llegando velozmente a ninguna parte?

La satisfacción inmediata supone una cosa fundamental: a cada esfuerzo humano hay un ascensor o una escalera, y es mejor elegir el ascensor. Llegar a su destino o lograr su meta rápidamente es más importante que evaluar qué destino o meta es mejor. Es precisamente esta necesidad de acelerar el logro de metas lo que a menudo hace que uno tome un desvío mal calculado al evaluar qué destino o metas son más vitales para el cumplimiento de su propósito.

Ahora usted puede preguntarse, si el auto-dominio emocional es una meta vital de su propósito espiritual, ¿cuál es el mejor camino a seguir para lograrlo? Mi respuesta sería vivir desde su corazón expresando las seis virtudes del corazón con autenticidad y arte, pero considerando intrascendente o de ninguna importancia la velocidad de su viaje a la maestría. Tal vez es una precaución peculiar, pero la necesidad de velocidad es un maestro en sí mismo, encendiendo al ego como pocas cosas lo hacen.